31/03/16

il femminismo proletario, arma della rivoluzione proletaria - avanza la concezione e la pratica mlm del MFPR

Dal blog proletari comunisti

un testo in spagnolo facilmente leggibile


“Quienes no han vinculado la opresión de las mujeres con la explotación socio-económica, con la estructura política y con el imperialismo, han propuesto soluciones dentro del mismo sistema imperialista. Estas soluciones han beneficiado a un sector de mujeres de la clase media y han dejado a la inmensa mayoría de las mujeres muy lejos de cualquier posibilidad de liberación. La lucha por la liberación de las mujeres no se puede emprender al margen de la lucha por acabar con el capitalismo imperialista”

Anuradha Gandhi. Partido Comunista de la India  (Maoísta).


¿Qué es el feminismo proletario?
 
Es la concepción feminista proletaria de la liberación de género.
 
La liberación de género concierne a todas las personas que se sienten mujeres y por lo tanto están sujetas a la opresión patriarcal.
 
La lucha contra el patriarcado no es un problema que ataña solo a las mujeres ni tampoco es un problema sexual o de género. El sexo tampoco es independiente de la construcción social y cultural.
 
El Feminismo proletario es algo más que la suma de feminismo y proletariado. Es el desarrollo teórico y práctico de la lucha contra el patriarcado desde la perspectiva del proletariado y desde la perspectiva de la política comunista revolucionaria.
 
LÍNEAS DE FUERZA DEL FEMINISMO PROLETARIO
 
Partiendo del materialismo histórico y del marco de análisis del materialismo dialéctico, critica al feminismo marxista como tendencia filosófica que se construye a partir de los mismos planteamientos. La principal diferencia está en la forma de abordar la práctica emancipadora y en que el Feminismo proletario niega que haya un elemento común a todas las mujeres independientemente de su clase, nacionalidad, raza, etc. El Feminismo Proletario mantiene la centralidad de la lucha de clases para la destrucción del patriarcado.
 
La opresión patriarcal forma parte de la opresión de clase. No es una forma separada o diferente de opresión y hunde sus raíces en la sociedad de clases como un hecho materialista histórico. Ni nació con el capitalismo como modo de producción, ni tampoco es meramente un vestigio residual del feudalismo. Es una parte intrínseca de cualquier sociedad de clases, más allá del modo de producción.
De esta forma sólo el comunismo puede destruir el patriarcado de una vez por todas.
 
Cualquier intento de separar el patriarcado de la sociedad de clases en su conjunto, conduce – en última instancia – a callejones sin salida estratégicos para el feminismo.

Rechaza el determinismo biológico en la definición de los roles de sexo/género. Niega las diferencias del sexo/género como hecho biológico. No hay un cerebro masculino o femenino, pero sí hay una existencia social femenina o masculina, ya sea obligada o como resultado de la identidad.

Parte de la comprensión del papel social y económico de la familia como unidad económica. No plantea su abolición como un invento heterosexual, sino transformar sus relaciones internas, así como su papel en la sociedad. Enfatiza la centralidad del poder político y la transformación completa de la sociedad y de sus relaciones económicas como instrumento para transformar la familia, en lugar de privatizar las relaciones familiares como una mera cuestión de voluntad individual. Esto implica que no sitúa a la familia como primera trinchera de combate contra el patriarcado. La trinchera principal de combate es la sociedad en general. Esto no significa que la familia sea inmune; las familias son parte de la sociedad en general y por lo tanto forman parte de la amplia lucha social contra el patriarcado.
 
Esto supone que el rol especial conferido por algunas tendencias feministas a la familia, más allá de su papel como unidad de producción y reproducción, es incorrecto.
 
Se puede abolir la familia, pero mientras exista la sociedad de clases, existirá el patriarcado y se acabará por encontrar alguna otra manera de organizar la producción y la reproducción que conllevará opresión de género y dominación patriarcal.
 
El hecho de poner el foco central sobre la familia que caracteriza a muchas tendencias feministas, sobre todo cuando este foco ignora al resto de la estructura social, es cuestionado frontalmente por la lucha social proletaria.

Los hombres en general no son los enemigos. Los enemigos son el patriarcado como parte consustancial de la sociedad de clases y el capitalismo imperialista. De la misma forma, las mujeres no son el sujeto revolucionario. Muchas mujeres son defensoras de la sociedad de clases y por lo tanto están en el campo reaccionario, incluso aunque ellas dicen que buscan la liberación de las mujeres.

El feminismo proletario afirma la necesidad de un enfoque integral: la movilización masiva de la sociedad en su conjunto y la de las masas proletarias es específicamente el método adecuado de lucha por la liberación. Este planteamiento se opone a la compartimentación, a los pequeños grupos, a poner el énfasis en los “espacios seguros” que defienden otras tendencias. Así mismo rechaza los marcos teóricos que tales tendencias representan. Aunque no es hostil a los marcos sindicales, sí propugna la formación de cuadros políticos de carácter feminista proletario dentro del movimiento popular , como ejercicio de autodeterminación dentro del conjunto del movimiento proletario y revolucionario.

El feminismo proletario se sitúa en el plano central anti-imperialista y plantea un enfoque integral sobre el patriarcado, en lugar de centrarse únicamente en las necesidades de las mujeres blancas y pudientes euroamericanas. Esto incluye el debate sobre las consecuencias sobre la sexualidad del turismo sexual, y la pornografía para las mujeres pobres, no blancas y de las nacionalidades oprimidas, especialmente en las colonias interiores, neocolonias, semicolonias y, en general, en el mundo colonial.
 
También implica rechazar cualquier apoyo a la emancipación de las mujeres que contribuya a reforzar el saqueo imperialista, como por ejemplo la reivindicación que algunas feministas hacen de la igualdad de oportunidades para las mujeres en las fuerzas armadas imperialistas. El único ejército que lucha por la igualdad de género es el Ejército del Pueblo.

El feminismo proletario reivindica la necesidad de la organización revolucionaria y la actividad política entre las masas. Rechaza las organizaciones reformistas y las basadas en la afinidad que creen que la jerarquía organizativa es inherente al patriarcado, masculina y, de alguna manera, ajena a las mujeres y por lo tanto opuesta al feminismo.
 
Un partido revolucionario que tiene como dirigentes y como cuadros a personas de cualquier género, no solamente es necesario, sino que es el eje central del feminismo proletario. Ese Partido, que impulsa un Ejército del Pueblo en el que se lucha contra el patriarcado a todos los niveles, en el cual actúan las mujeres como líderes y soldados es también central para el feminismo proletario.

El feminismo proletario defiende todos los métodos de lucha, violentos y no violentos, en el avance de la lucha contra el patriarcado desde una perspectiva revolucionaria y proletaria. Esto implica rechazar todos los argumentos que identifican la violencia patriarcal como determinación biológica. Supone reconocer la capacidad de las mujeres para ser tan implacables como los hombres cuando se trata de ser opresoras.
 
El hecho de que los hombres dominen la sociedad no es fruto de sus capacidades biológicas o de la naturaleza intrínseca de las mujeres. Los argumentos de la cultura feminista que sostienen que las mujeres son menos violentas que los hombres, o más amables, están de hecho basados en ideas patriarcales sobre los roles de sexo/género que refuerzan los argumentos machistas sobre la incapacidad de las mujeres frente a los hombres.
 
Es preciso basarse en el materialismo histórico y asimilar las experiencias de lucha contra el patriarcado y la opresión de las mujeres en los movimientos socialistas y en las revoluciones socialistas de Rusia, China y otras, así como las existentes dentro de los movimientos que ejercen el poder dual hoy. Esto implica oponerse al rechazo por parte de muchas feministas de las contribuciones proletarias y socialistas al feminismo, ya sea como producto de la propaganda anticomunista o por negación sectaria. Un ejemplo muy relevante de esta negación por parte del feminismo burgués es la eliminación de las mujeres proletarias del día de la mujer trabajadora, convirtiendo el 8 de marzo en día internacional de la mujer. Otro ejemplo es ignorar la existencia de prácticas y reglas avanzadas en los ejércitos populares, como el Nuevo Ejército del Pueblo que reconoce desde 1990 el matrimonio entre personas de cualquier género.
 
Es preciso luchar contra formas de feminismo “cultural”, “radical”, “liberal”, etc, así como contra la influencia que han tenido estos marcos en el feminismo proletario.
 
En resumen:
 
Rechazo del capitalismo y de la sociedad de clases, rechazo de los feminismos burgueses – que sólo gestionan la opresión – y del esencialismo biológico como instrumento ideológico para quebrantar la necesaria solidaridad de las personas como personas.
 
La guerra popular prolongada es necesaria para que el proletariado tome el poder y abolir por completo el patriarcado.
 
El feminismo proletario responde al fuego del patriarcado con el agua de la revolución socialista y a la paz de los cementerios del feminismo burgués con el poder de la dictadura del proletariado.
 
31 de marzo de 2016
 
1 Este texto incluye la traducción de amplios pasajes del texto completo que se encontraba en http://maosoleum.ncp.lc/2015/03/08/what-is-proletarian-feminism hoy desafortunadamente desaparecido.
 

Nessun commento: